La cromatografía de fluidos supercríticos
El estándar verde para el aislamiento rápido de compuestos
La cromatografía de fluidos supercríticos (SFC, por sus siglas en inglés) se ha investigado y utilizado desde hace varias décadas. La técnica ha avanzado considerablemente en los últimos diez años. Esta evolución a la SFC se desarrolló porque ofrecía un abanico de mejoras a los laboratorios químicos.
¿Qué es la SFC?
Una novedosa técnica de separación
La cromatografía de fluidos supercríticos (SFC, por sus siglas en inglés) es una técnica de separación similar a la cromatografía de líquidos de alto rendimiento (HPLC, por sus siglas en inglés), pero utiliza fluidos supercríticos como fase móvil. Por tanto, para aplicar la SFC, es necesario mantener la temperatura y la presión por encima del nivel crítico de la fase móvil en toda la columna.
La diferencia en la configuración de un instrumento de HPLC y uno de SFC se muestra a continuación.
Prep HPLC
① Disolvente A ② Disolvente B ③ Bombas ④ Muestra ⑤ Columna ⑥ Detector UV ⑦ Colector de fracciones
Prep SFC
① Disolvente A ② CO2 líquido ③ Bombas (incluido el refrigerador) ④ Muestra ⑤ Columna, horno de columna ⑥ Detector UV ⑦ Regulador de contrapresión ⑧ Colector de fracciones
La función del CO2
El dióxido de carbono es el fluido supercrítico más usado por varios motivos. Tiene una temperatura y una presión críticamente bajas (31 °C y 73,8 bares), es altamente inerte en la mayoría de las condiciones, es no inflamable y su nivel de reactividad es mínimo, su pureza es elevada y es muy económico. Además, el dióxido de carbono se puede mezclar con muchos disolventes orgánicos de elevada polaridad, en contraste con el n-hexano, que ofrece una baja polaridad en comparación con el dióxido de carbono supercrítico. Estos factores permiten que la SFC consiga una amplia variedad de patrones de separación.
¿Qué es un fluido supercrítico?
En función de las condiciones de temperatura y presión, el estado de las sustancias puede ser sólido, líquido o gaseoso. Si se usa un líquido o un gas por encima de su nivel crítico de temperatura y presión, pasa a ser un fluido supercrítico. Las características intermedias de los fluidos los sitúan en una posición entre los gases y los líquidos. Un fluido supercrítico puede considerarse un gas denso.